Nos indignamos por la desigualdad, por toda injusticia, por la aceptación de un sistema corrupto y enfermo que condena a las personas a sobrevivir, no a vivir. Nosotros nos indignamos por la falta de educación y también por la inversión monstruosa en deseducarnos, idiotizarnos, mentirnos, manipularnos. Nos indignamos porque queremos un mundo mejor, basado en el respeto, el amor y la armonía, entre todos los seres y con el planeta, que es nuestra casa. ¡ Indignarse por eso no solo vale la pena, vale hasta la alegría!
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